XXXVIII Subida Pedestre del Desfiladero de la Hermida – Panes → Potes 2025
Hay carreras que son mucho más que una cita deportiva. La Subida Pedestre del Desfiladero de la Hermida, en su edición número 38, fue eso y mucho más: un viaje entre montañas, historia y sudor.
Una aventura compartida con cuatro grandes amigos disfrutones, que son la parte fundamental de toda esta historia.
Porque sin ellos —sin las risas en el coche, los nervios antes de la salida o los abrazos al cruzar la meta— esta experiencia no tendría ni la mitad del sentido.
Tuvo lugar el pasado 27 de septiembre, un día de esos en los que todo parece alinearse, una temperatura perfecta, sin un sol castigador y un nublado que permitía el paso de la luz y donde los momentos de puro disfrute se multiplicaban.
Correr de Panes a Potes es saltar de un valle a otro, de Asturias a Cantabria, cruzando una garganta que parece salida de un cuento antiguo. Aquí el paisaje manda, y el cuerpo obedece… o lo intenta.
El recorrido no tiene obstáculos, pero sí una exigencia constante que te obliga a ir a fuego desde el principio. Algunos dicen “son sólo 28 kilómetros”. Sí, claro… hasta que los corres a tope y los últimos se te hacen eternos.
🌿 Panes y Potes: dos pueblos, una historia
Todo empieza en Panes, un pequeño pueblo asturiano a orillas del río Cares-Deva. Entre montañas suaves, tejados de pizarra y olor a verde, Panes respira tranquilidad. Desde hace décadas, aquí se cruzan pescadores, montañeros y corredores que saben que la montaña no se conquista: se respeta.
Al otro lado del desfiladero espera Potes, la joya de Liébana. Calles empedradas, balcones floridos y la imponente Torre del Infantado vigilando el horizonte. Llegar corriendo hasta allí no es sólo cruzar una meta: es entrar en otro tiempo, en otro ritmo, en otra vida.
⚡ La clásica del Desfiladero de la Hermida
Cada edición de la “Panes–Potes” es un ritual. Une el mar cantábrico que se intuye en la distancia con las cumbres que se levantan al fondo.
Este año, el amanecer del 28 de septiembre de 2025 fue fresco y claro. A las nueve en punto, más de doscientos corredores se lanzaron hacia la montaña con un objetivo sencillo de decir, pero difícil de cumplir: 28,5 km de subida continua hasta el corazón de Liébana.
📊 Datos de la carrera
- Distancia: 28,5 km
- Tiempo máximo: 3h 30’
- Participantes: alrededor de 250
- Ganadores:
• 🥇 Santiago Cobo – 1:37:45
• 🥇 Vanesa del Río – 2:00:05
🌄 El desfiladero: donde el paisaje te captura
El Desfiladero de la Hermida es uno de esos lugares que dejan huella. Más de 22 kilómetros de roca viva, el cañón más largo de España, excavado por el río Deva entre paredes de hasta 600 metros de altura. Correr por allí es una experiencia sensorial: el sonido del agua, el eco de las pisadas, el olor a piedra húmeda y a bosque viejo.
Hay tramos donde apenas ves el cielo, solo roca y sombra. En otros, la garganta se abre y la luz te golpea de frente. La belleza del lugar te empuja, pero también te exige. Es imposible pasar por aquí sin que algo se te quede grabado.
🏃♂️ Una salida dándolo todo,
Desde los primeros kilómetros se notó que habría batalla.
El cántabro Santiago Cobo marcó el paso con un ritmo sólido, sin aspavientos, pero letal para quien intentaba seguirlo.
En mujeres, Vanesa del Río planteó una carrera perfecta: salida controlada, paso constante y una llegada firme a Potes, con el desfiladero rendido a su esfuerzo.
💭 Lo que se siente al correrla
Esta carrera no se mide en kilómetros, se mide en pulsaciones.
Empiezas con ilusión, sigues con respeto y terminas con esa mezcla de dolor y alegría que sólo entiende quien ha cruzado una meta al límite.
Cada curva es una conversación entre tus piernas y tu cabeza.
Y cuando, tras casi treinta kilómetros, el valle de Liébana se abre y ves las primeras casas de Potes, algo te enciende por dentro.
Sabes que lo has conseguido. Que vienes de Panes, que has sufrido… y que lo volverías a hacer mañana.
🌟 Lo mejor de esta edición
✅ Organización impecable: puntualidad, señalización clara y avituallamientos cada 5 km.
✅ Ambiente local: gaitas, vecinos, niños chocando manos… puro norte.
✅ Recorrido de altura: exigente, bello y con ese punto de dureza que engancha a los que aman sufrir con una sonrisa.
🧭 Si te animas en 2026…
- Sal con cabeza: los primeros kilómetros engañan, y ya estás subiendo.
- Trabaja la mente: es una carrera larga y constante, sin descansos
- Entrena cuestas largas y suaves: aquí no hay rampas locas, pero la pendiente no da tregua.
- Y sobre todo, disfruta: porque correr entre Asturias y Cantabria, con el río a un lado y la roca al otro, es una experiencia que te marca.
Habrá que esperar al 2026 para repetir. Pero más allá de la carrera, lo que queda es la excusa perfecta para volver a un lugar mágico: disfrutar del entorno, de su gente y, por supuesto, de un buen cocido lebaniego en Potes.

Porque aquí se corre… y se vive.
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